.calma.

Es sábado a la noche y Olivia ya no llora, está feliz en su casa tomando té regalado por Darío. Todo empieza a tener otro color, más naranja.
Esta noche Canela va a dormir adentro, hace mucho frío en el balcón para la pequeña. Agradecida, da vueltas alrededor de Olivia rápidamente. Sí, porque las tortugas son rápidas, aunque se diga lo contrario.
Darío está muy presente en la vida de Olivia, cada día más, y ella decidió dejarlo entrar. Lo que la hace feliz. Y a él también.
Sonríen juntos y la gente a su alrededor parece contenta. (El otro día los ví cantando a los gritos en una parada de colectivo, y es inevitable sonreír.)
Esta tarde, merendando, Darío le dijo… “estás más calmada no?”. A ella se le ocurrieron muchas respuestas, pero comprendió que una sonrisa era la mejor de todas, y la que él más iba a valorar.

Olivia volvió a estar en paz.
Una semana de movimientos la tiene cualquiera…

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